A la hora de elegir nuestras luminarias tenemos que tener en cuenta si podrán representar el color que queremos en escena de la forma más fiel a la realidad. En muchos casos, existen recortes que no son capaces de aportar ese color que buscamos.
Para poder saber si la luminaria que tenemos va a aportar el color deseado, existen una serie de métricas que nos pueden ayudar a conocer el grado de fidelidad al objeto original que queremos. Estas métricas suponen una forma de medir la luz y el color en relación con la potencia y el color de las luminarias.
CRI (Índice de reproducción cromática)
El Índice de reproducción cromática o CRI nos da un valor numérico entre la apariencia de una muestra de colores determinada a la luz de un foco, comparada con esta misma muestra bajo la luz natural. En resumen, si una luminaria tiene un bajo CRI, no será capaz de conseguir mantener el color original de la muestra.
El inconveniente que tiene esta métrica es que solo tiene en cuenta colores que aparecen en la siguiente tabla, sin incluir tonos de piel o colores saturados. Existen varios colores que se han añadido a este sistema, pero en muchos casos a penas se utilizan, manteniéndose los 8 colores principales del CRI.
TM-30
El TM-30 es otro índice de reproducción cromática que amplía sus muestras de color hasta las 99, seleccionadas a partir de una amplia variedad de objetos del mundo real. Aparte de darnos una métrica más clara a la hora de ver si una luminaria va a reproducir el color con exactitud, hay múltiples aspectos de la capacidad de reproducción del color reportados, tales como si un objeto aparece en una saturación diferente o el tono en sí ha cambiado.
TLCI
En el mundo del cine y la televisión, existe una métrica adaptada a este formato: El TLCI. En esta métrica, cambiamos la percepción del ojo humano por la de una cámara, a la vez que se amplían los colores de la muestra. Las cámaras añaden otro nivel de interpretación debido a cómo se procesa el color antes de llegar al monitor y al ojo del espectador.
Esta métrica se centra en gran parte en la reproducción de los colores de la piel, un aspecto muy a tener en cuenta en cine y televisión. Aparte, supone un importante aspecto a valorar por parte del colorista, ya que le va a ayudar a saber la cantidad de trabajo en postproducción que va a tener que realizar para conseguir el color deseado.
SSI (Índice de similitud espectral)
Este índice se creó en contraste con el CRI y el TLCI. La diferencia entre este índice con los otros dos es que compara una fuente de luz con otra fuente de luz de referencia, sin tener en cuenta el ojo del receptor. De esta manera, en vez de centrarse en la reproducción de las muestras del color, lo hace en la emisión de luz en cada uno de los nanómetros.
¿Cómo utiliza ETC estas métricas para sus recortes?
En la búsqueda de crear un recorte que consiga funcionar a la perfección en frente de las cámaras, ETC ha utilizado todas estas métricas. El espectro continuo de las luminarias LED de ETC consigue una métrica excepcional tanto para CRI, como para TLCI y TM-30.
Cuando se genera una imagen para la cámara, se busca tener la mayor cantidad de términos de color e intensidad de luz, puesto que a la hora de manipular esta imagen podemos borrar todos los datos sobrantes, pero no añadir datos extra, por eso en recortes como los de la Series 3, fos/4 como el Lustr X8 array, o los Desire Fresnel se han utilizado, aparte de los colores principales como rojo, verde y azul estándar, colores adicionales como el índigo, ámbar, lima, cian y el rojo saturado. Gracias al añadido de estos colores, se consiguen una reproducción cromática extrema tanto en tonos de piel como en tonalidades pasteles y colores saturados.
Todos estos recortes están especialmente indicados para aplicaciones en el mundo audiovisual, donde necesitamos una reproducción del color y la piel con una fiabilidad máxima.
De esta forma, aumentamos los datos en términos de color e intensidad de la luz para que puedan ser manipulados al máximo y obtener esa imagen final que buscamos, sin que necesitemos una gran cantidad de correcciones en postproducción.
Gracias a esto, conseguiremos ahorrar tanto en tiempo como en dinero, permitiendo a los coloristas dedicarse a los detalles creativos en vez de arreglar problemas de iluminación que se podrían haber evitado con el equipo necesario.